Después de tan gran esfuerzo, le pidió a Dios que le revelase el significado de determinado pasaje bíblico.
No oyó respuesta alguna. “¡El tiempo que he malgastado!”, se lamentó
el monje. “¡Hice este sacrificio y Dios no me responde! Mejor será salir
de aquí y encontrar a otro monje que conozca el significado de este
texto”.
En aquel momento se le apareció un ángel.
Los doce meses de ayuno solo te sirvieron para creerte mejor que los demás, y Dios no escucha a los vanidosos. Pero cuando fuiste humilde y pensaste en pedir ayuda al prójimo, Dios me envió a ti.
Los doce meses de ayuno solo te sirvieron para creerte mejor que los demás, y Dios no escucha a los vanidosos. Pero cuando fuiste humilde y pensaste en pedir ayuda al prójimo, Dios me envió a ti.
Y el ángel reveló al monje aquello que quería saber.
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